¿Cuáles son las fuentes vegetales de este nutriente?En la mayoría de los alimentos, los distintos tipos de ácidos grasos (saturados, monoinsaturados y poliinsaturados) aparecen
mezclados. No obstante, ciertos alimentos presentan una mayor proporción de algunos de ellos.
Así, el aceite de
coco contiene un 86% de ácidos grasos saturados, mientras que el de
oliva y el de
almendras presentan, respectivamente, un 74% y un 70% de ácidos grasos monoinsaturados; por su parte, el aceite de
linaza y el de pepita de
uva contienen un 70% de ácidos grasos poliinsaturados.
Otro alimento que destaca por su elevada cantidad de ácidos grasos saturados es el aceite de
palma, que contiene un 49% de los mismos frente a un 37% de ácidos grasos monoinsaturados. Aceites que presentan alrededor del 50% de ácidos grasos monoinsaturados, con un bajo porcentaje de los saturados, son el aceite de
cacahuete y el de
soja, mientras que el de
girasol contiene un 45% tanto de ácidos grasos monoinsaturados como de poliinsaturados. Finalmente, el aceite de
nueces contiene un 63% de ácidos grasos poliinsaturados, el de
maíz un 59% y el de semillas de
tomate un 53%.
Además de los distintos tipos de aceites, otros alimentos ricos en ácidos grasos son los
frutos secos. Así, las nueces y las avellanas contienen más de un 60%, las almendras y los piñones en torno a un 50%, y los cacahuetes un 25%. Una fruta que destaca especialmente por su aporte de estos nutrientes es el
aguacate (23%). Finalmente, las
algas resultan una fuente equilibrada de ácidos grasos esenciales.
¿En qué cantidad debemos ingerirlas?Debido a que no es posible separar la ingesta de los diferentes tipos de ácidos grasos, se recomienda que la proporción entre ellos sea equilibrada. Así, el aporte de ácidos grasos no debe superar el
30% del aporte calórico total, repartido del siguiente modo: menos del
10% de ácidos grasos saturados, en torno al
15% de monoinsaturados y más del
10% de grasas poliinsaturadas. Estos porcentajes deben calcularse en relación con el número de calorías que necesita cada persona, y podrían oscilar entre
60-70 gramos diarios de grasas totales.
También es importante tener en cuenta la relación equilibrada entre los dos ácidos grasos esenciales: cuatro partes de omega 6 por cada parte de omega 3 (
4:1). Normalmente, esta relación suele estar desequilibrada, ya que se suele consumir una proporción mucho más elevada de omega 6. Para contrarrestar esta situación, es recomendable aumentar la ingesta de omega 3, presente de manera equilibrada en alimentos como el aceite de lino o las algas. Expresadas en gramos, estas cantidades oscilan entre
3 y 6 gramos para el ácido linoleico (omega 6) y entre
0,5 y 1 gramo para el linolénico (omega 3). No obstante, dichas cantidades son variables en función del origen de los ácidos grasos, su estado de conservación y la forma de cocinarlos, la proporción de grasas totales en la dieta y otros condicionamientos personales.