sábado, 10 de enero de 2009

Ser vegetariana ¡es posible!

Esta es la razón que me anima de manera más poderosa a ser vegetariana. Y es que resulta que ser vegetariana... ¡es posible! Es posible elegir una dieta saludable, respetuosa, ecológica, solidaria y económica; y si es posible, no hacerlo constituiría lo que los existencialistas denominaban un acto de mala fe.

La mala fe es un acto de autoengaño, por el que nos tratamos como cosas: cosas que no sienten, cosas que no piensan, cosas que no son libres de elegir, cosas que no son responsables de sus actos. Pero la realidad es que no somos cosas, sino personas; la realidad es que gozamos de una libertad esencial con su responsabilidad correspondiente; la realidad es que cuando responsabilizamos a otros de nuestras decisiones, incluso si esos otros son la biología, la psicología, la cultura, la sociedad o la tradición, hacemos gala de nuestra mala fe y nos tratamos como objetos y no como sujetos responsables de la manera en la que vivimos nuestra realidad.

Es curioso. Prácticamente todos los días escuchamos cómo se denomina a nuestra sociedad la “sociedad del consumo”, pero cuando alguien nos pregunta sobre nuestra identidad, ética o responsabilidad como consumidores, la mayoría no sabemos responder. Nos dedicamos a consumir como máquinas en una cadena de montaje, sin reparar en las consecuencias que esto acarrea a nuestra salud, a la vida de otros seres, al equilibrio de nuestro planeta, a las posibilidades de existencia de otras personas, a la economía mundial y a nuestra economía particular. Y los alimentos son probablemente el centro de nuestra actividad como consumidores.

Elegir ser vegetariana es apostar por un consumo responsable en múltiples sentidos. Y esta es una elección POSIBLE.

2 comentarios:

  1. Exacto, es posible. De hecho es posible desde ya, desde la próxima comida que vayamos a hacer, elegir que nuestro plato no esté manchado por el sufrimiento de los demás animales.

    Un abrazo.

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