
La principal vía de obtención de nutrientes esenciales es la alimentación, aunque no todo lo que comemos los posee (por ejemplo, las bebidas alcohólicas, ingeridas sólo por placer) ni alimentarse es la única manera de obtenerlos (fundamental para la vida es el oxígeno, pero no nos lo comemos).
Los nutrientes esenciales se dividen en dos tipos: macronutrientes, llamados así porque necesitamos ingerirlos en grandes cantidades; y micronutrientes, necesarios sólo en pequeñas dosis. Al primer grupo pertenecen los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas; al segundo, las vitaminas y los minerales. Según la función que realizan en nuestro organismo, los nutrientes esenciales también se clasifican en energéticos (hidratos de carbono, grasas), plásticos (proteínas, minerales como el calcio y el fósforo) y reguladores (vitaminas y ciertos minerales). No obstante, el mismo nutriente puede realizar funciones diversas, y por tanto clasificarse a la vez en varias categorías.
Es interesante señalar que ningún alimento posee todos los nutrientes esenciales para el organismo, por lo que resulta imprescindible seguir una dieta variada con el fin de obtenerlos todos. Del mismo modo, los nutrientes esenciales son aportados por diferentes tipos de alimentos, lo cual permite que podamos escoger entre distintos modos de alimentación.
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